En Vigocanes adiestramos y educamos a perros como terapia
para niños autistas, nuestro trabajo es con los perros en el seno de la
familia, los padres tienen una participación activa y seguimos las indicaciones
que nos realicen los profesionales que tratan al niño.
Los perros, además de excelentes animales de compañía, se
han convertido en una de las mejores terapias para personas con diferentes
tipos de problemas, tanto físicos como psicológicos.
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Confianza: gracias a las terapias con perros los niños
aumentan su confianza en sí mismos y se enfrentan a sus miedos.
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Comunicación: es una buena forma de desarrollar su
capacidad de comunicación y para sociabilizarse con otros seres vivos.
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Afectividad: gracias a los perros el nivel de
afectividad del niño se amplía notablemente.
El autismo es una enfermedad, que dependiendo del grado,
impide a los niños desarrollar muchas de las actividades propias de su edad.
Relacionarse con otras personas, con animales o simplemente meterse en una
piscina, son cosas inconcebibles para este tipo de niños.
Mejora el nivel de comunicación y sociabilidad
Sin embargo, en los últimos años se ha conseguido gracias a
los perros que estos niños consigan un mayor nivel de confianza en sí mismos,
enfrentándose poco a poco a sus miedos y logrando superar ciertos problemas que
podrían parecer nimios, pero que para ellos resultan tremendamente importantes.
El déficit de comunicación de este tipo de niños y su escasa
capacidad para sociabilizar con el resto de personas se puede reducir gracias
los perros, ya que con ellos la manera de comunicarse es bien diferente. En
ocasiones solo es necesario darles una orden con una palabra para que el perro
obedezca y esto ayuda a que los niños se sientan más seguros, interactuando con
otro ser vivo de una manera que para ellos es completamente desconocida.
Favorece el desarrollo emocional del niño
Los niños que padecen autismo requieren de unos niveles de
rutina muy altos para sentirse tranquilos y controlar todo lo que sucede a su
alrededor, de lo contrario se estresan porque se altera el orden de las cosas.
La aparición de un perro consigue que este orden y esta
rutina se altere pero sin hacerle daño al niño, todo lo contrario, se estimula
su capacidad de afecto, pierden el miedo a los animales, consiguen mayor
confianza al ver que el animal les devuelve ese afecto y que tenerle cerca no
les provoca ningún daño.
El perro se convierte en la herramienta para llevar a cabo
otra serie de ejercicios y terapias que favorecen el desarrollo del niño
autista.
Vigocanes educación y adiestramiento de perros de terapia: canisvigo@gmail.com
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